Las empresas modernas son empresas globales que ya no están limitadas por su entorno directo o un idioma común; de hecho, para las empresas de hoy no existen las fronteras. A menudo, las empresas internacionales operan en múltiples países e incluso continentes, lo que también expande sus operaciones a terceros internacionales. Sin embargo, cuando el crecimiento a cualquier coste se convierte en la norma, las regulaciones y la legislación, junto con los mecanismos y las agencias encargados de que se apliquen, deben intervenir para ralentizar la posible propagación de comportamientos poco éticos e ilegales.
Además, se van promulgando muchas nuevas leyes y, por ello, las empresas deben hacer un esfuerzo para seguir cumpliendo con la normativa y mantenerse competitivas. Por este motivo, y con objeto de minimizar el riesgo, evitar cuantiosas multas y proteger tu reputación en el mercado, debes contar con una sólida estrategia de diligencia debida de terceros; es decir, una estrategia que se base en las normativas más recientes que sean relevantes.
En este artículo, vamos a examinar por qué la diligencia debida de terceros es importante dentro del cambiante panorama normativo a nivel global y las normativas clave que se deben conocer a la hora de gestionar el riesgo de terceros. Para ello, haremos un repaso sobre la importancia de la diligencia debida de terceros.
El panorama normativo de la diligencia debida de terceros está cambiando
¿Por qué es tan importante la diligencia debida de terceros?
Los terceros pueden exponerte a diferentes tipos de riesgos. Por ejemplo:
- Violaciones de la legislación aplicable que resulten en multas significativas, demandas o procesos penales, incluidas penas de prisión
- Perjuicios para la reputación de tu empresa
- Violaciones de las normas y las políticas de tu empresa
- Pérdidas financieras o de nuevas oportunidades de negocio